... RENACE DE SUS CENIZAS
Sí! Aquí estoy de nuevo por insistencia de algunos (vale no es verdad T_T) y pasotismo de la mayoría... (y tan mayoría). Bueno, la cosa es que estoy hasta arriba de cosas... que ahora vendrá el anónimo listillo y dirá: "Cosas? Como si tú tuvieras vida social!" Pues sí!! La tengo o eso me gusta creer y me he metido en un fansub de traductora y maquetadora (y ya que casi me puedo considerar parte del staff haré publicidad. Así que entrad en ALURA'S WORLD!!! que pondré el link ahí, a la izquierda!!!)
A lo que iba!! que sí que estoy haciendo cosas!! y que sí que dejaré ahora un relatillo de hace unos meses. Sigo escribiendo pero no puedo publicarlos porque los voy a mandar a concursos! Así que tiraré de cosas antiguas.
Espero reviews y que os guste!
BECHITOS!!!
LA BRUJA Y EL DIOS
Oigo el aullar del lobo más allá de las colinas y sonrío mientras mantengo mis ojos cerrados para evitar que éstos quiten protagonismo al resto de mis sentidos. Unas manos ágiles se deslizan por mi cuerpo, despojándome de mis ropas, preparándome para el ritual. Llevo años preparándome para esto y no sé si los nervios me dejarán disfrutar.
La pintura es fresca y mi piel se revela a su contacto. Signos paganos cubren ahora mi cuerpo contrastando su palidez con mi piel de ébano. Siempre supe que nací de una noche como esta y que toda mi vida viviría para ella.
Los tambores ceremoniales se alzan ya sobre el silencio, mis hermanas están cumpliendo con su función. Es la hora de que yo cumpla con la mía.
-Ya estamos todas listas.
-Ya voy madre.
Todas salen de la improvisada tienda, mientras me dejan unos minutos a mí, a la elegida, para que ponga en orden todos mis pensamientos y quede libre de mis pecados. Según la costumbre, ahora debería estar muerta de miedo por lo que está a punto de pasar pero lo curioso es que no lo temo, es más, estoy deseosa, llevo años estándolo. No puedo esperar.
Me dirijo hacia la puerta y aparto de un manotazo ambas telas. Soy la protagonista y nadie me va a robar mi entrada triunfal. Veo como las demás bailan frenéticamente alrededor del fuego. Me deslizo lentamente hasta ellas, deleitándome con cada paso que doy y que más me acerca a él. En cuanto me ven se detienen y respetuosas se inclinan ante mí. Todo está a punto de comenzar.
-No debes tener miedo –susurra una anciana voz a mi lado.
-No lo tengo.
-¿Tienes claro a qué Dios te vas a encomendar?
-Ya lo creo que sí.
Se acabó la charla. No quiero más contacto con este mundo. Me dirijo hacia el centro del círculo y miro al fuego. Las grandes piedras sagradas de nuestros ancestros nos rodean y saco de ellas las fuerzas para continuar. Todo el mundo aguanta en silencio la respiración, temerosos de que no funcione mi atrevimiento.
Al igual que mi madre y la suya antes que ella, al igual que todas las hermanas que me rodean, la mayoría piensa que yo también debería encomendarme a Hécate diosa de la feminidad pero sé que ella no es para mí. Tengo reservado un futuro mucho más grande.
Ya no solo se escucha aullar a un lobo solitario, toda la manada intenta animarme a continuar y me dan la bienvenida. Miro al cielo, aún con los ojos cerrados y noto las ligeras gotas de lluvia recorrer todo mi cuerpo desnudo. Me están limpiando el alma y arrastrando la pintura convirtiendo mi piel en un borroso collage. Respiro hondo, se acabó la espera.
Sé que mi boca expulsa palabras pero no tengo ni idea de lo que estoy diciendo. Las miro, el aquelarre entero está pendiente de mi decisión. Algunas me miran con miedo, en otras puedo adivinar fascinación. Y entonces le veo, entre las llamas del fuego. Mi amado Dios me llama y yo acudo sin demora, adentrándome entre las llamas, dejando que sus múltiples lenguas recorran cada centímetro de mi frágil piel.
Lejanos, muy lejanos, escucho gritos de terror, pero ellos ya no importan. Lo único que sé es que él me tiene entre sus brazos, besando mi cuello, explorando con dedos ágiles mi cuerpo. Gozo y jadeo. Soy suya y él me está tomando sin ningún tipo de reticencia. Noto como cada célula de mi ser responde gustosa a sus sinuosas caricias, como mi lengua busca desesperadamente la suya, como mis manos ansían su cuerpo.
No hay más fuego, sino un simple altar bajo nuestros lujuriosos cuerpos. Ambos estamos allí, a los ojos de todas las demás. Noto sus miradas desconcertadas y envidiosas. Él me ha aceptado bajo su manto, ninguna mujer antes había tenido tal privilegio. Según dicen, nosotras no estamos preparadas para la guerra aunque eso no parece importarle lo más mínimo ahora. De ahora en adelante seré su emisaria, seré su ángel de la muerte.
Mis uñas se hunden en su espalda tan fuertes que seguramente dejarán marca. Nuestras lenguas siguen clamando la primacía en aquel apasionado juego de besos que ambos nos regalamos. No sé cuánto tiempo llevamos así, para mí el tiempo ha perdido todo su significado. El ritmo de la noche aumenta y mi espalda se arquea contra el frío mármol que nos sostiene. Vuelvo a gritar inmensamente feliz porque al fin soy suya. Ahora y siempre. Cuando él me quiera allí estaré.
Un grito.
Una sonrisa placentera.
Un lazo de unión.
Dos cuerpos en perfecta comunión.
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Imagen de: http://grandpa-.deviantart.com/art/Witch-10247216